Con esta entrada damos por terminado, por ahora, el análisis que nos proponíamos sobre las elecciones municipales de 2023 en Sevilla. Su objetivo era partir de los datos para proporcionar elementos que mejoren la práctica electoral de la izquierda.
En el primer artículo de esta serie concluíamos que, a pesar de la reducción del número de personas llamadas a votar, el número de votantes y su porcentaje respecto del censo se ha incrementado. Pero, no se trataba de la mera participación inmediata sino que la forma de esa participación, en cuanto incluye al voto nulo y al voto blanco, ponían de manifiesto un patrón de participación electoral singular.
Nos preguntábamos, ya en la segunda entrada, si ese patrón de participación electoral que mostraba Sevilla municipal era similar al de otros ámbitos, y procedíamos a su comparación con otros ámbitos como Sevilla provincia, Andalucía y España. El resultado del análisis es que Sevilla municipio mostraba la mayor abstención, sin embargo el comportamiento en el voto nulo y el voto blanco, menores que la media del resto de ámbitos, permitía que el voto a candidaturas en relación al censo mejorara.
Los 3 capítulos siguientes desglosan por distritos el patrón de comportamiento electoral. Por un lado, se observa en la tercera entrada que determinados barrios con tradición de voto a la derecha muestran mayores índices de participación, menores cantidades relativas de voto nulo y blanco y, por tanto, un voto a candidatura en relación al censo mayores. En concreto: observando el número de votos a candidatura sobre el censo, como un indicador de participación efectiva, tenemos que los distritos que tienen un porcentaje superior al del municipio (59,89%) son: Los Remedios (74,03%), Nervión (70,72%), Casco Antiguo (68,48%), Bellavista-Palmera (64,40%), Triana (63,92%) y San Pablo (61,62%). Así distritos menos populosos compensaban este déficit con una mayor implicación y, en definitiva, con un comportamiento más eficiente en términos electorales.
El análisis de un segundo aspecto del comportamiento electoral al que denominamos patrón de votación es el objeto de la cuarta entrega donde se expone la capacidad para convertir el voto en representación política y que sintetizamos en la ratio entre el voto a opciones políticas con representación y el voto a candidatura.
La conclusión de este análisis es que siendo el voto sin representación un 7,6% a nivel municipal, los distritos que votan en menor medida a opciones políticas que no han obtenido representación, en proporción al voto a candidatura, son: Los Remedios (3,24%), Sur (5,6%), Nervión (5,8%), Bellavista-Palmera (6,2%), Triana (7,4%) y San Pablo (7,5%). Estos son los distritos que más partido, en términos de representación política, a su participación electoral.
Son casi los mismos distritos que mostraban más eficiencia en términos de participación y vuelven a mostrarla en términos de elección representativa. Efectivamente, el número de votos a candidatura en relación al censo resume un comportamiento electoral que contrarresta a la menor población. De nuevo, los distritos que han tenido una eficacia del voto superior a la media municipal (55), son: Los Remedios, Nervion, Casco Antiguo, Bellavista-Palmera, Triana y San Pablo.
En la quinta entrada nos detenemos en el voto con representación, primero en el ámbito municipal y, después, en cada uno de los distritos. Para ello tomamos el número de votos a cada partido en cada uno de los distritos. Posteriormente, vemos el patrón de voto de cada distrito y lo comparamos con el patrón de voto con representación a nivel municipal.
La distribución del voto por distritos entre las dos opciones políticas, izquierda y derecha en términos simples, identificadas con PSOE+CA y PP+VOX, respectivamente, nos da un 45,2% frente a un 54,8%. Los municipios donde ganaría la izquierda serían Macarena Norte, Cerro-Amate, Macarena y Este, mientras la derecha ganaría en los 7 restantes.
En la penúltima entrada, la sexta, se expone la estructura del voto de cada fuerza política por distritos. Allí decíamos: este dato, puede servir de orientación de cara a establecer planes de trabajo a las distintas opciones políticas dispuestas a realizar una tarea más pegada al distrito.
La derrota de la izquierda tendrá seguramente una componente nacional y otra local. Así como habrá causas sobre las que será difícil actuar y otras que estén en la mano de los protagonistas políticos. Dirimir esto es un análisis que las organizaciones deben hacer si quieren actuar con conocimiento.
El análisis de los datos que permite fundamentar objetivamente lo que se plantea nos ha revelado algunas cuestiones que relacionamos con aspectos que vienen siendo destacados en los debates políticos.
El comportamiento electoral examinado y detallado por distritos nos permite concluir que los distritos donde las opciones de la derecha han sido mayoritarias se han caracterizado por un aprovechamiento mayor de las potencialidades del derecho al voto, primero participando más y segundo afinando más en el apoyo a candidaturas con representación.
Este tipo de actuaciones responden a un grado de activación mayor que las opciones de la izquierda donde la desmovilización ha sido mayor. Diversas cuestiones pueden explicar esto: el gobierno nacional y municipal, se dice produce desgaste, pero sobre todo produce desmovilización porque la movilización se entiende como crítica al gobierno y entrega de armas al enemigo. Quizás hay que aprender algo del grito de los pensionistas: gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden.
Otro elemento de la sobreactivación de la derecha es la acción continua de agitación y propaganda que llevan a cabo diariamente los medios de comunicación, desde radios hasta televisiones pasando por prensa, convertidos en organizadores políticos (multipartidistas) y orientadores ideológicos.
Pero difícilmente la izquierda pueda cambiar, y menos a corto plazo, el efecto ideológico del poder mediático para el que la información es el pretexto para la ideologización; poco a poco tendrá que ir creando su propia red de medios y abandonando la idea de que puede maniobrar entre la jauría mediática. Impulsar proyectos comunicativos existentes tipo radios comunitarias y explorar la presencia en redes sociales, y crear nuevos en espacios menos monopolizados por el poder económico que sustenta al mediático, son sus retos en este importante área de la comunicación.
Pero, qué comunicar. Aquí también tiene tarea la izquierda: qué comunicar y cómo comunicar. Los objetivos, adaptados a las circunstancias y público, deben ser explicitados; pero, también su evolución y, por último, rendir cuentas. Los medios de comunicación oficiales difícilmente colaboren, pero hay otros; y, en ultima instancia, acudir a los distritos y reunirse con los vecinos para dar esas explicaciones.
El voto es el camino hacia las instituciones, y estas un medio para que la ciudadanía avance en derechos y calidad de vida, mostrando así los beneficios de una nueva sociedad. Las instituciones son el medio y no el fin; el fin es atender a las necesidades de la ciudadanía implicarla y darle instrumentos para la satisfacción de dichas necesidades y, con ello, avanzar en el modelo de sociedad y los derechos ciudadanos; huyendo de relaciones clientelares, generando participación sinérgica desde los distintos ámbitos: instituciones, organizaciones y distritos.
Por último, ir a los distritos. Comunicarse con la ciudadanía, escucharla y empatizar con ella; explicarle lo que se puede y lo que no se puede hacer desde las posiciones en que se está; educarse y educar. Los datos examinados, y otros más mucho más pegados al suelo, pueden tener interés de cara a plantearse un trabajo partidista en los distritos, guiado por un plan de acción que incorpore las sensibilidades de las gentes que habitan dichos distritos. Y ello porque los recursos con los que cuentan estas organizaciones, así como las personas dispuestas a apoyarlas, no son ilimitados y deben emplearse allí donde los resultados puedan ser mayores.
La implicación de la militancia y los simpatizantes es también decisiva. La izquierda nunca ha contado con los beneficios y palancas del poder, y cuanto menos centrada menos apoyos. Por eso sus medios y métodos han tenido que ser otros.
El adelanto electoral ha restado espacio al examen crítico de lo sucedido, esperemos que no reste también la reflexión que dé paso al trabajo futuro, a veces paciente, de acercamiento y hermanamiento con la mayoría social destinada a ser representada por la izquierda; una tarea ineludible si no se quiere jugar al fallo del contrincante, esperando una oportunidad prestada como nos viene demostrando la historia.
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